El hilo rojo del destino: el camino de pistas para las llamas gemelas


"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos"

(Julio Cortázar)

Una antigua leyenda japonesa asegura que todos tenemos un hilo rojo que nos conecta (desde el mismo instante en que nacemos) con una persona muy especial que más tarde que temprano encontraremos en nuestro camino. 

Y es que en el otro extremo de ese hilo se encuentra lo que algunos sabios llaman “nuestro complemento divino”, también conocido como “el verdadero amor de nuestra vida”. 

Ese hilo rojo que conecta nuestro dedo meñique con el meñique de nuestra llama gemela, resulta ser invisible para nuestros ojos… ¡pero no para nuestras almas! Porque aunque como personas no nos hayamos visto nunca antes en esta vida, nuestras almas se reconocen desde el mismo instante en que se encuentran la una frente a la otra.


Por eso, querido lector, no te preocupes si no puedes ver ese hilo para así poder seguirlo hasta descubrir quién se encuentra en el otro extremo. 

Tampoco importa cuánto tardes en encontrar a esa persona, ni si crecisteis en lugares separados por mil kilómetros de distancia, ni si nacisteis con 12 años de diferencia… porque “las piezas del azar”, tomando la forma de una cadena de acontecimientos, harán que un día inesperado os encontréis cara a cara. Y en ese momento, no dudes ni por un momento que algo dentro de ti te susurrará: “es ella”.


Llegado a este punto, solo me queda decirte que tampoco importa si consideras cierta esta historia o no, ya que lo creas o no, esa conexión invisible entre tú y tu llama gemela existe, y jamás desaparecerá… 

…porque su dueño es el Destino, y fue él quien lo orquestó todo para que ese mágico encuentro se produjera un “mágico” día… llegado el momento adecuado.


***
Mi amada llama gemela...

Hoy hace un año en que, por primera vez me atreví a desnudar ante alguien mi esencia más auténtica sin máscaras de ningún tipo, para revelar así la naturaleza más espiritual, profunda y desconocida de mí misma para el resto de las personas de este mundo… excepto para una, que fue quien me escuchó atentamente cuando se lo conté. 

La persona a la que le hablé ese día sobre “mis dones naturales para conectar con otros planos de la existencia”, es la misma persona que reconoce no escuchar la mayoría de veces cuando le hablan. Un empírico muy escéptico… tan empírico y escéptico como yo misma lo era hasta que las evidencias de aquello que me sucedía me estallaban en mi propia cara.

Y aunque estos “dones” no se podían explicar mediante argumentos newtonianos, sus apariciones desmontaban mis razonamientos más lógicos ante mis propios ojos, demostrando a esta empírica escéptica que en la vida hay muchísimo más de lo que nuestros limitados sentidos consiguen percibir… y de lo que una ciencia en pleno siglo XXI (pero aún en pañales) consigue explicar.


Pero hay momentos y causas que parecen contar con una especie de halo protector que permite que esos instantes tengan lugar de la manera apropiada, que el escaso tiempo dé tregua durante un rato para permitir que las cosas valiosas sucedan, y que hasta el oyente, siempre distraído con mil cosas en la cabeza y asuntos por resolver, se detenga un momento para poner todos sus sentidos, su atención y su amor en escuchar.

Fue así como ese día especial decidí expresarme sobre mí misma como nunca antes lo había hecho ante nadie, y lo hice ante la persona más especial que conozco: tú, mi amor ¿Quién si no? 

El día que me atreví a “salir de ese armario espiritual en el que ocultaba mis dones” era un día especial para nosotros: nuestro aniversario. Pero se presentaba un día tan cargado de prisas y contratiempos como tantas otras veces que llegué a dudar si hacerlo finalmente.

Pero lo hice...

No sé si con más miedo que vergüenza o al revés, pero sin duda lo que más destacaría no fue mi intervención, sino la tuya: cuánta tolerancia había en tu escucha, cuánta aceptación había en tu feedback, y cuánto amor había en tu forma de acoger mi verdadera naturaleza recién expuesta ante ti.


Desde entonces, en ratitos mágicos como esos, durante nuestros “momentos Hedonicum” (como los llamamos nosotros) en que la magia hace acto de presencia sin avisar y se queda envolviéndonos con su atmósfera, continúo desgranando ante ti (y para ti) más detalles de mi peculiar esencia para ayudarte a comprenderla… porque amarla sé bien que la amas. 

Así voy hablándote, de vez en cuando, de los caminos invisibles que guían nuestros pasos y construyen nuestra historia…

...y poco a poco, como si de una Scherezade en sus 1001 noches se tratara, intento desvelarte los secretos de esta maravillosa existencia de lo sutil… porque sé que más temprano que tarde, tú también comenzarás a descubrirlos por ti mismo.

Ese día, mi amado empírico, pondrás en cuestión tu escepticismo, porque la vida desplegará sus secretos, esta vez ante tus propios ojos. 


Y ese día, mi amor, cuando lo inexplicable se revele esta vez ante ti, ten por seguro que yo estaré a tu lado, acogiendo tu asombro con el mismo cariño que tú me ofreciste, y abrazando con amor tu bella esencia espiritual recién descubierta.


Te adoro, mi vida.

Y un año más... Feliz Aniversario, amor.

            Tu Rosa de los Vientos


***

PD: La primera vez que escuché esta canción de Pulp me hizo pensar en lo mágica y sorprendente que podía llegar a ser la vida, y en la suerte que tendrían las personas a las que les llegara a suceder algo así.

Sin embargo, años más tarde, cuando la volví a escuchar después de habernos conocido, sentí tan cercana y propia su historia como si yo misma la hubiera escrito. Pero esta vez la que se sentía afortunada era yo, sabiendo cómo silenciosamente la mano invisible del destino, después de toda una cadena de acontecimientos y giros inesperados que se habían producido en las semanas previas a nuestro primer encuentro, me había llevado hasta ti, el hombre de mis sueños, el amor de mi vida. 

Porque tal y como dice la canción, aquella mañana que ninguno de los dos olvidaremos jamás… algo cambió para siempre en nuestras vidas.


"Something Changed"

I wrote the song two hours before we met
I didn't know your name or what you looked like yet
Oh, I could have stayed at home and gone to bed
I could have gone to see a film instead
You might have changed your mind and seen your friends
Life could have been very different but then
Something changed 

Do you believe that there's someone up above?
And does he have a timetable directing acts of love?
Why did I write this song on that one day?
Why did you touch my hand and softly say
"Stop asking questions that don't matter anyway
Just give us a kiss to celebrate here today"
Something changed 

When we woke up that morning we had no way of knowing
That in a matter of hours we'd change the way we were going
Where would I be now, where would I be now if we'd never met?
Would I be singing this song to someone else instead?
I don't know but like you just said
Something changed 

***

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